miércoles, 3 de diciembre de 2014

Un guionista es la persona más optimista o ignorante que existe

Un guionista, por su calidad como creador de películas en su cabeza, tiene que tener la esperanza de que su idea se haga realidad por mucho que se aleje de la idea madre o se trastoque por productores y demás asesores que no pintarían nada en un rodaje.

Evidentemente, sin este empujón de optimismo no habría nada de cine y, por mucho que quieran tirar de documentales o de realismo delante de la cámara, sin una idea traída tal cual del futuro no habría nada.

Bien pues, ¿qué pasa cuando un guionista tiene una crisis? Pues que el cine muere lentamente, pero a pasos agigantados. Deja de existir la probabilidad de rodaje, nadie que lo tenga en cuenta ni tome sus ideas para convertirlas en ninguna obra de arte.

Y poco a poco el guionista se va marchitando.

Por eso -como exagerado ejemplo en comparación con la realidad- el guionista tiene que ser el trabajador con más espíritu que existe, así que como el director el que más espíritu de equipo tenga y el cura con el que... bueno, dejémoslo ahí.

Por eso, y por tantos guiones que se quedan en cajones por falta de salida audiovisual y medios para darnos a conocer entre nosotros mismos, el guionista es o la persona más optimista, o la persona más estúpida que existe si piensa que haremos una película de su guion este siglo. Y lo mismo con los escritores. Pues no habrá autores que aún estén dando trabajo a toda una industria americana.

Y luego, aún así, siguen sacando basuras y comedias infumables. Pero... ¿quién, sin tener ni un dedo meñique del pie metido en el mundo audiovisual es capaz de hacer -sin cobrar por ello- un guion digno de los estudios Disney? Sólo un loco demasiado optimista o que ignora la dificultad que implica escribir una historia de tal calibre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario