viernes, 5 de diciembre de 2014

Mi entrevista con Ridley Scott

De todos es sabido que le gusta España a Ridley, pero lo que no sabe todo el mundo es que no me gustó Blade Runner. Pudo haber sido una buena película, pero se quedó todo en la fotografía y los efectos especiales.
Se lo dije, le dije: "Señor Scott, quiero que me devuelva el dinero de una entrada en España; vi Blade Runner y no me gustó nada." Y Ridley, Ridy para los amigos, en un acto de buena fe, sacó su cartera diciendo "¿Cuánto es?" (How is it? en inglés) y le dije que 12€ sin incluir las palomitas que estaban rancias. "How many? God, that's why nobody goes to watch my movies in Spain... it's to expensive. Here you got." Y me dio lo que me correspondía por perder mi tiempo en una peli que no me aportó nada. Más tarde, como estoy confesando por aquí, se enteró de que no había ido a ver la peli al cine, de hecho la vi en mi casa frente a la pantalla del ordenador tras saltar algunos anuncios molestos de comida a domicilio. Cuando el director de Alien se enteró de esto dijo "Qué tipo tan salao." (Así, en español; se lo enseñé yo.) Y yo le respondería que necesitaba unas perras. Y por las molestias no me ha querido que le devuelva su dinero que le mendigué de la mejor forma que sé.
Eso sí, para la próxima vez que me llame para entrevistarlo voy a cobrar un 12% menos. La verdad es que no se estiran mucho aquí en los pagos. Pero coincido en que tenemos muchas buenas vistas y lugares idóneos para grabar, que están siendo desaprovechados para que yo pueda rodar algo, lo que sea, donde me de la gana, sin tener que pagar ningún porcentaje a nadie por ello.
Entre él y yo quedará esto , pero si quiere puedo hacer una de sus películas aquí ahorrándole el IVA, que me haga cargo a mi de la dirección y suelte la pasta... que aquí nadie la suelta para eso.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Un guionista es la persona más optimista o ignorante que existe

Un guionista, por su calidad como creador de películas en su cabeza, tiene que tener la esperanza de que su idea se haga realidad por mucho que se aleje de la idea madre o se trastoque por productores y demás asesores que no pintarían nada en un rodaje.

Evidentemente, sin este empujón de optimismo no habría nada de cine y, por mucho que quieran tirar de documentales o de realismo delante de la cámara, sin una idea traída tal cual del futuro no habría nada.

Bien pues, ¿qué pasa cuando un guionista tiene una crisis? Pues que el cine muere lentamente, pero a pasos agigantados. Deja de existir la probabilidad de rodaje, nadie que lo tenga en cuenta ni tome sus ideas para convertirlas en ninguna obra de arte.

Y poco a poco el guionista se va marchitando.

Por eso -como exagerado ejemplo en comparación con la realidad- el guionista tiene que ser el trabajador con más espíritu que existe, así que como el director el que más espíritu de equipo tenga y el cura con el que... bueno, dejémoslo ahí.

Por eso, y por tantos guiones que se quedan en cajones por falta de salida audiovisual y medios para darnos a conocer entre nosotros mismos, el guionista es o la persona más optimista, o la persona más estúpida que existe si piensa que haremos una película de su guion este siglo. Y lo mismo con los escritores. Pues no habrá autores que aún estén dando trabajo a toda una industria americana.

Y luego, aún así, siguen sacando basuras y comedias infumables. Pero... ¿quién, sin tener ni un dedo meñique del pie metido en el mundo audiovisual es capaz de hacer -sin cobrar por ello- un guion digno de los estudios Disney? Sólo un loco demasiado optimista o que ignora la dificultad que implica escribir una historia de tal calibre.