jueves, 28 de septiembre de 2017

La "lógica" de los test

Los exámenes, no demuestran los conocimientos adquiridos (aprendidos) sino la información capaz de retener un sujeto en un periodo corto de tiempo por lo que alguien que si quiera responda puede responder de mejor forma (la calidad del examen en sí mismo) que alguien que no lo haga del todo bien puesto que no entender o reconocerlo, no aprender algo (por desinterés, apatía o mala lección) dice mucho más del estudiante, de su estado de ánimo o de la calidad del profesorado.

Así mismo, la lógica que nos dicta los test (plural, test) es que si alguien no responde a las preguntas es un deficiente mental. Cuando alguien que no le da la gana responder (o subrogarse al sistema de calificaciones) es un vago y no un revolucionario.

La sociedad avanza con cada genio, se cambian las leyes y normas con cada revolucionario, no con aquel que acepta unas normas sencillas y se aventaja un par de clases por delante porque no interesándole, pasa por el aro más rápido o antes. Por lo tanto, aquellos superdotados (que tienen estos comportamientos) no aportan nada nuevo y, por enre, no hacen avanzar ni los colegios ni las instituciones.

Como decían por ahí hace poco: no todos los genios son superdotados pero, sin duda alguna, no todos los superdotados son genios.

Es más probable que alguien con un menos CI, genio, gane un Nobel por su creatividad (actitud incomesurable, medible, pues no existen test fiables para esto) que alguien con una única capacidad "innata" para las matemáticas o la memoria de datos. Algo que las máquinas cómo los ordenadores llevan haciendo durante años y mucho mejor y más eficientes que nosotros. Pues si alguien, aunque fuera capaz de memorizar un libro de principio a fin y lo dictara, un ordenador ya lo habría copiado en menos de un segundo. Pero... créalo, o no lo cree, pero sin la mano divina de los genios no habría libros que copiar.