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viernes, 26 de octubre de 2018

Disney ¿Feminista? — Una de princesas...


Ya sabemos que Caperucita NO era feminista. No tiene la conclusión de que los hombres son peligrosos pues le salvó el Cazador a Caperucita, para eso disfrazaron al "mal" de lobo parlante, sino que el mal puede esconderse en caras amables (como la piel de tu propia abuelita). Es decir, que debe haber por ahí abuelas asesinas o malvadas o malévolas.

Como la de Blancanieves. Una historia sobre necrofilia en la que todo el mundo entiende la analogía o metáfora del "beso romántico" (el primero) como un polvo. Claro; una mujer se adueña de la casa de unos enanitos y les hace la ama de ésta y, como no se realiza ni está satisfecha en su situación con esos siete tíos pequeños que "no dan la talla" pues, eso.

La Cenicienta tiene otras salidas como el [Spoiler] por qué coño el zapatito de cristal no se convierte otra vez a lo que era. Sí que el Príncipe tendría derecho a salir con la que quisiera, por muy humildes que fueran. Una mujer, que, por cierto, cree en la magia y en las "hadas madrinas", pero seguramente no conozca "el poder" de un simple sastre ni tampoco conozca el valor de una tienda de "alquiler por horas". De hecho, la conclusión aquí está clara: es mejor quedarse como estás con un sueldo de limpiadora del hogar que casarte y tenerlo que hacer gratis.

Y la Bella Durmiente al revés es una mujer que encuentra un hombre, se "besan" y acaba durmiendo. Y se despierta pinchándose con una rueca (que a saber quién coño sabe hoy en día lo que es eso).

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Un guionista es la persona más optimista o ignorante que existe

Un guionista, por su calidad como creador de películas en su cabeza, tiene que tener la esperanza de que su idea se haga realidad por mucho que se aleje de la idea madre o se trastoque por productores y demás asesores que no pintarían nada en un rodaje.

Evidentemente, sin este empujón de optimismo no habría nada de cine y, por mucho que quieran tirar de documentales o de realismo delante de la cámara, sin una idea traída tal cual del futuro no habría nada.

Bien pues, ¿qué pasa cuando un guionista tiene una crisis? Pues que el cine muere lentamente, pero a pasos agigantados. Deja de existir la probabilidad de rodaje, nadie que lo tenga en cuenta ni tome sus ideas para convertirlas en ninguna obra de arte.

Y poco a poco el guionista se va marchitando.

Por eso -como exagerado ejemplo en comparación con la realidad- el guionista tiene que ser el trabajador con más espíritu que existe, así que como el director el que más espíritu de equipo tenga y el cura con el que... bueno, dejémoslo ahí.

Por eso, y por tantos guiones que se quedan en cajones por falta de salida audiovisual y medios para darnos a conocer entre nosotros mismos, el guionista es o la persona más optimista, o la persona más estúpida que existe si piensa que haremos una película de su guion este siglo. Y lo mismo con los escritores. Pues no habrá autores que aún estén dando trabajo a toda una industria americana.

Y luego, aún así, siguen sacando basuras y comedias infumables. Pero... ¿quién, sin tener ni un dedo meñique del pie metido en el mundo audiovisual es capaz de hacer -sin cobrar por ello- un guion digno de los estudios Disney? Sólo un loco demasiado optimista o que ignora la dificultad que implica escribir una historia de tal calibre.