Vivimos en la sociedad de la "ofensa". En el "me siento ofendido" porque no puedo dejar que me vean reírme los demás de alguna gracia negra. En el "me siento ofendido" porque moralmente tengo que sentirme ofendido, y será mejor quedarme en esa capa superficial que profundizar un poco más.
Vivimos en el "tengo" que sentirme ofendido, porque pensar no es lo que querrían que hiciera para analizar en profundidad nada ya que soy una mente simple.
¿De qué coño te vas a sentir ofendido?¿Por qué te tienes que sentir ofendido "gilipollas?¿Eh?¿Por qué?
Mostrando entradas con la etiqueta sociedad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sociedad. Mostrar todas las entradas
domingo, 22 de julio de 2018
jueves, 29 de marzo de 2018
"Está usted enfermo de aburrimiento." Diagnóstico a la sociedad.
Llevo aislado "estudiando", "trabajando" en escribir más tiempo de lo que recuerdo el colegio. Hace ya un año o así me encontré con una persona con la que pude abrirme a la que le dije, contestando a su pregunta: —¿Y tú qué has hecho estos años?
En mi (aún) inocencia de por aquel entonces, influenciado por todas las infravaloraciones de los comentarios despectivos típicos de "un trabajo solo es si te paga alguien" le contesté: —Nada. Escribiendo.
Y en su sabiduría adquirida por el tiempo me abrió los ojos, el corazón y la esperanza para seguir con lo que había estado haciendo con una técnica de trabajo lenta pero segurísima y forzosa con la que a veces he llegado a pensar en desistir y dejarlo todo porque no vale la pena y no sirve para nada como más de uno ha intentado hacerme ver sin motivo, sin ganas, e incluso a diario. Me digo, llanamente:
—Hombre, eso no es hacer nada.
Y tiene razón. Escribir es hacer algo. Y el que no lo quiera ver así, que se imagine un mundo sin periódicos (fácil), sin libros (por desgracia también fácil) pero también sin E-books o .PDFs; sin noticias de periodistas ni telepronters, sin apuntadores ni actores con texto, ni obras de teatro (sería todo muy surrealista que tampoco...); ni películas en la tele, en los cines, DVDs, Netflix, series... sin guiones.
No solo estamos viviendo la gran necesidad de afecto, vacío y conexión en éste mundo digital tan basto y rápido en conexión, pero lento en cariño, caricias o preocupación; malísimo para denotar el afecto a través de las borderías, los insultos o desprecios que no ha pedido ni quiere nadie. También vivimos la época del consumo, digital, del aburrimiento porque no sabemos qué hacer, ni con quién a pesar de todo, ni sabemos entretenernos ni divertirnos a nosotros mismos y por eso necesitamos tirar mano de esa gente que en su buen afán por ser profesional hace las cosas bien, con tiempo, delicadeza y encima crea una pequeña empresa para realizar proyectos de interés para el entretenimiento; una red de guionistas, actores... etc. Para sacarnos un minuto, cinco, veinte o más de noventa de la realidad de la vida en que vivimos que no nos da para nada y aún así "lo tenemos todo".
Lo tenemos todo salvo el afecto a través de un like, las caricias a través de un saludo en Facebook, o las llamadas de atención de Whatsapp (contactos a parte de lo que hemos olvidado que es una llamada de teléfono... [a mí no me llama nunca nadie]).
Olvidamos de vez en cuando lo difícil que sería una vida sin entretenimiento porque ahí está, y es infinito, y no se puede acabar como bien decía un amigo de la escuela de cine por mucho que vieras películas y películas todos los días sin parar sin descanso. Necesitarías más de 100 vidas para ver todo lo que se ha hecho desde el principio de los tiempos (y conforme se seguiría haciendo y se hará mientras las vieras). Lo mismo pasa con la música, el teatro...
¿Por qué algo que te puede hacer levantar del sitio, coger el timón o las riendas de tu vida, cambiar una civilización levantando en armas en nombre de la revolución a una sociedad pacífica, o inspirarte una idea genial, o simplemente hacerte reír unos segundos... no le damos el mismo valor que se merece como a cualquier oficio o carrera?
Quizá sea un arma peligrosa, sobretodo para quien no la usase adecuadamente, o un arma en vano para quien no sabe usarla o (peor aún) no quiere hacer uso de ella (como pasa con la política, exactamente igual).
Pero si ya sabemos lo difícil que es, aunque no lo podamos ni imaginar, por lo que pasa el otro o ya solo el trabajo que lleva el arte... ¿por qué nos emperramos en amargar al otro en pos de creernos con la disposición de juzgar a alguien?¿Por qué no valorar el trabajo, y si no queremos hacerlo, dejarlo estar?¿Por qué no somos críticos con nosotros mismos antes que con los demás? Ahí os dejo un par de reflexiones que pensar de una sociedad enferma que se cree mejor de lo que está.
lunes, 25 de julio de 2016
Sexualizada sociedad carnal
Realmente vivimos en una sociedad pulverizada por el agresor, donde hasta en la justicia tiene las de ganar aquel que va con la sexualidad. Es una necesidad, es el sexo... algo tan especial que hasta un violador podría tener libertad condicional.
martes, 22 de marzo de 2016
Cambio de mentalidad naturalizada
A partir de hoy voy a dedicarme a cuerpo y alma a cambiar el mundo como pueda y mejor sé, y quien me quiera ayudar conseguirá que cambiemos desde la salud y el envejecimiento humano o la aparición de cáncer hasta la prevención prematura de problemas que van desde lo respiratorio al cáncer, incluído de estómago.
Con medidas contra el sistema establecido -tesis de mi último guion que no pude realizar [Véase la primera parte del corto más arriba]-, contra las farmacéuticas, tabacaleras, podemos ahorrar en el futuro en sanidad y preparar nuestra sociedad para un mejor envejecimiento. Además de nuestra salubre dieta mediterránea.
Empezando por la fabricación en serie de:
Etiquetas:
ayuda,
cadena,
cambio,
cáncer.,
crítica,
española,
estómago,
extranjera,
farmacia,
farmacología,
inmigrantes,
mejor,
mentalidad,
problemas,
salubridad,
sanidad,
serie,
social,
sociedad,
tabacalera
Suscribirse a:
Entradas (Atom)